jueves, 5 de marzo de 2009

Pobreza y crisis en Argentina

Mientras el mundo debate las posibles repercusiones de una nueva crisis, la sociedad Argentina se pregunta si en realidad alguna vez la superamos. Diferentes fuentes afirman que hay provincias que están en la misma situación de 2001, y que este año empeorara.
Según datos del Instituto Argentino para el desarrollo de las Economías Regionales (IADER) la capital de Salta es la séptima en niveles de pobreza, la primera en empleo en negro y la segunda en desocupación. Aunque la situación es más angustiante en el norte de la provincia, región más pobre de del país, pese a ser el territorio más rico en recursos. Salta supera la media nacional, la pobreza en la provincia afecta al 43,6 % de la población. De esta cifra el 20,5 % son indigentes, y 7% padece de desnutrición aguda por hambre.
El dato más preocupante de la situación de la Provincia de Salta es la profundización de la brecha entre ricos y pobres. Esto se manifiesta en el deterioro de la calidad de vida de los sectores más pobres y de los llamados “nuevos pobres”.
La pobreza es una enfermedad esencialmente social que tiene lugar en el seno de la sociedad y obviamente, es un producto de esta. Por lo tanto no podemos desentendernos del fenómeno de la pobreza, ya que se trata de una responsabilidad colectiva. Es incuestionable que tiene costos y que la sociedad debe controlarlos y reducirlos.
Dejando por un momento las cifras a un lado, haciendo foco en que solo en la provincia de Salta existen 400 mil personas que no llegan a cubrir la canasta básica de alimentos, lo único que les cabe esperar es en el mejor de los casos, oportunidades de empleo limitadas, inserción precaria y salarios bajos. Revertir esta tendencia es un imperativo social y ético urgente, que apela al compromiso moral no solo de dirigentes de turno, sino que necesita de la sociedad en conjunto.
Mientras todo el mundo continúa sus especulaciones, seria muy importante tomar medidas, para que en este país exportador de materias primas, no aumenten los costos de los alimentos. El énfasis en esta medidas se debe a que los alimentos absorben el 46% de los ingresos de los hogares de menores ingresos por lo que el impacto del aumento de precios de productos tales como aceites, harinas y carne es determinante en el deterioro de las condiciones de vida de las personas, del aumento de la pobreza y de la indigencia.
Las crisis, siempre la sufren los sectores más vulnerables de la población, es momento de que se proyecte soluciones y gobierne en función de ellos.

Datos personales

Salta- Capital, Salta, Argentina
Lic. Carolina Romano Doctoranda en Educación para la Integración y Desarrollo Sustentable. Universidad de Valladolid. A.M.P Instituto de la Empresa, Madrid.