jueves, 19 de febrero de 2009

La pobreza del Norte Argentino.


La pobreza en Argentina, desde la crisis de 2001, ha sido disfrazada por organismos oficiales. No se ha implementado estrategias de mejora del modelo productivo de cara a luchar contra la pobreza. Se hace más “política” que gestión, y entonces la pobreza se convierte en una herramienta electoral, bajo el yugo de la corrupción. Aunque en los años que siguieron a la crisis se redujo la pobreza extrema, es un problema con tendencia al alza y al agravamiento. La pobreza va en aumento, en función de la subida “disimulada” de los precios.
La escasa efectividad de las políticas asistenciales y su preeminencia, dejan al descubierto el poco alcance social de las mismas. Se ha trabajado más en Proyectos que en Programas; que no dan respuesta a los problemas, pues no llegan al fondo de los mismos, quizás en algunos casos por desconocimiento de la realidad económica y socio-cultural de las regiones que lo padecen.
El crecimiento macroeconómico no ha redundado en la mejora de la situación. Argentina ha crecido sostenidamente al 9% anual desde el año 2003, y aun no se produjo la esperada redistribución de riqueza. Se percibe que existen obstáculos a las políticas de redistribución de la riqueza (grupos de intereses contrarios a su implementación).
La pobreza en Argentina hoy tiene localización marginal y en zonas de alto riesgo natural. Las zonas más perjudicadas, y quizás olvidadas por diferentes gobiernos, pero nunca por las crisis, han sido las regiones periféricas del norte del país, como las provincias de Salta, Catamarca, Formosa, etc. Provincias que por su características de lejanas a los centros de poder, y con gobiernos locales de signos contrarios, han sufrido la falta de políticas de impulso de los mercados internos, como así también el predominio de débiles estrategias de escaso presupuesto y desarrollo exógeno. El resultado ha sido la ausencia del Estado Argentino en las comunidades marginales del norte y la falta de inversión para promover el desarrollo local. El problema de la infancia: desnutrición, baja escolaridad y alta deserción educativa, elevados índices de analfabetismo.
Los efectos perniciosos de la desigualdad: desesperanza, frustración y desencanto reafirman el círculo vicioso de deterioro de las capacidades y de las oportunidades, haciendo que en estas zonas críticas se destaque la infrautilización del capital humano. Esto se observa en dos aspectos esenciales: mala calidad del trabajo (desempleo y precariedad) e inseguridad. Una problemática prioritaria en la percepción social es el descreimiento que se tiene a autoridades de gobierno, a partidos políticos, y a las escasas políticas publicas que se desea implementar. A ellos se les atribuye el empobrecimiento paulatino del país. Es por esto que mas que de pobreza debemos de hablar de un país empobrecido.
En el norte Argentino cada vez hay niños, mujeres, jóvenes excluidos y ancianos sin oportunidad. De ellos la mayoría, es aborigen.
Lamentablemente la pobreza, como las costumbres, se transmite de generación en generación.


Lic. Carolina Romano
Doctoranda en Educación para la Integración
y Desarrollo Sustentable. Universidad de Valladolid.
A.M.P Instituto de la Empresa, Madrid.

Datos personales

Salta- Capital, Salta, Argentina
Lic. Carolina Romano Doctoranda en Educación para la Integración y Desarrollo Sustentable. Universidad de Valladolid. A.M.P Instituto de la Empresa, Madrid.